En su versión digital la encuentran en el siguiente link: http://www.laprimerapiedra.com.ar/2016/04/bengalas-de-enrique-decarli-para-leer-con-ojos-de-despojado/
RESEÑAS CAPRICHOSAS – “BENGALAS” DE ENRIQUE DECARLI: PARA LEER CON OJOS DE DESPOJADO
Porque la literatura es otra forma de entender la realidad, en La Primera Piedra inauguramos este ciclo de reseñas sobre libros nacionales producidos por editoriales independientes. En el primer número, te acercamos Bengalas, de Enrique Decarli, publicado por Paisanita Editora en 2014. Este volumen de relatos breves condensa la fantasía y la realidad puestas al servicio de lo mismo: la transformación. Conocé como desde las personas hasta los objetos, pasando por los sentimientos, todo se altera con el paso del tiempo según el escritor argentino Enrique Decarli. (Foto de portada: Renso Gomez)
Sobre el autor
Para leer con ojos de despojado
Si se puede decir que hay un tema central en Bengalas, ese sería la transformación. En los distintos cuentos breves que se van sucediendo en el libro, los personajes van mutando hacia distintas formas y sensaciones. Con un estilo directo y sencillo, Decarli intenta introducir al lector sin rodeos en el centro de esas transformaciones a veces cotidianas, a veces lúdicas.
En ese sentido, no es casualidad que además de ser músico y escritor, el autor de Bengalas también ejerza la profesión de la abogacía. El idioma directo y conciso que caracteriza al lenguaje jurídico se entromete varias veces dentro de los cuentos para permitir a Decarli sumergirse de lleno en cada relato.
La particularidad de cada relato va a permitirle al autor jugar y nutrirse con distintos registros y con la utilización de la primera, segunda o tercera persona a la hora de narrar. La brevedad de los cuentos reunidos en Bengalas facilitan el efecto sorpresa que viene envasado en cada historia fantástica, o la identificación con los sentimientos que en los relatos más realistas se despliegan con gran habilidad.
Así entonces, Enrique Decarli logra en Bengalas desconcertar dentro de un lenguaje conocido y familiar para cualquier lector. Un lector que puede agarrar el libro y leerlo en cualquier momento y circunstancia. Eso sí – y tal como sugieren en el primer relato “Los despojados”- siempre con ojos de despojado para dejarse introducir en la fantasía de lo real o lo real de la fantasía.